Heroica coquinaria: Koldo Miralda
Es objetivo prioritario de nuestra sección el ensalzar a los héroes de nuestra cocina que en adversas condiciones apuestan por la calidad. Tal es el caso del restaurante “Koldo Miranda” situado en Asturias, más concretamente en La Cruz de Illas, cerca de Avilés. Allí, a la manera de los grandes restaurantes, se ha rehabilitado un viejo caserón convirtiéndolo en excelente local con dos luminosos comedores. Cierto es que al entrar me temí lo peor al ver a los camareros vestidos de negro y con pinganillo (ya se sabe que a más pinganillo menos servicio), pero lo cierto es que Koldo ha estado varios años en La Broche de Madrid y ha importado de allí esta dudosa estética. Sin embargo el servicio es bueno, quizás en exceso susurrante para mi dureza de oído, y en los tiempos que corren un buen local más excelente servicio es ya difícil de encontrar. Pero es que además la pitanza es muy ajustada, basándose en productos de la tierra elaborados de una forma creativa pero sin perder las esencias, sencilla fórmula que pocos saben aplicar.
Unas (inencontrables) anchoítas ahumadas sobre una base de tomate fresco o un mero (de los de antes) sobre verduras confitadas hicieron mis delicias, rematadas con un Browny de nueces y chocolate con dulce de leche y sorbete de cayena. Sí, soy enfermizamente goloso, y una buena repostería es colofón necesario para el buen yantar, casi tanto como el folgar postprandial.
Comentario aparte merece la carta de vinos. Rompiendo definitivamente con la clasificación por Denominaciones de Origen, para clasificarlos por origen geográfico, realizamos un paseo enológico por las mejores zonas europeas (se echa de menos los pagos americanos, para mí imprescindibles) donde aparecen en carta los “grandes vinos”. Tener esta oferta en tan remoto enclave se me antoja caprichoso pero admirable, pues en tal entorno paradisíaco se hace a veces necesario rascarse la cartera para acceder a las cumbres de la creatividad humana. Por unos pocos cientos de euros uno puede sentirse el rey del universo por un día. Koldo, cuenta conmigo.