El teatro, el crítico y el espectador: Preparando el verano
Ya están aquí, quiero decir aquí, en el hemisferio norte, los meses de calor. Los que invitan a salir a la calle y a las terrazas. Los que invitan a desplazarse de un lado a otro para eso del veraneo o del entretenimiento, un período de relax. Aunque no lo sea para el teatro, conceptualizado por nuestros próceres culturales como un atractivo turístico veraniego de cualquier ciudad o pueblecito que se precie. Y como suelen hacer los comentaristas literarios anglosajones y franceses (en España, la previsión editorial es secreta), me atrevo a recomendarles, si tienen pensado viajar y les gusta el teatro, una pequeña ruta teatral.
Comienzo por Nueva York y su ya clásico Shakespeare in the Park, donde park es naturalmente Central Park. Puede ir gratis, recogiendo las entradas el mismo día de la representación, a ver un Macbeth o, más adelante, un Brecht adaptado por Tony Kustner. Del primero ya pueden ver el reparto y el director -Moisés Kaufman- por si les dicen algo (por favor, no lean esta frase con desconfianza, es una estrella local, todavía no se ha globalizado). Sinceramente, a tenor de los premios recibidos por el director y el grupo teatral en Estados Unidos, promete. Claro, que promete mucho más la segunda propuesta. Y es que, como saben muy bien los programadores, Madre Coraje de Brecht pasado por Kustner no es algo que cualquiera se pueda pasar. Ni siquiera anuncian el reparto, pero estoy seguro que los verdaderos aficionados ya han puesto las fechas en sus agendas (y las estrellas también, ¡poder abandonar, aunque sea por un mes, las boberías que tienen que hacer para vivir!).
Bueno, si no pillan entradas, no desesperen. Aunque muchas obras han fracasado en Broadway en la temporada de mayor éxito comercial (12 millones de espectadores y un 12% más de recaudación que el año pasado) y sus productores han decido cerrar antes de seguir perdiendo pasta, todavía podrán ver History Boys de Bennett que después de su paso por el National Theatre de Londres y arrasar en taquilla y en los Oliver, llegó a Nueva York y arrasó en los Tony. Y es que la educación clásica inglesa todavía da para mucho. Ya saben, clasismo, homosexualidad, frustración y canciones, ¿alguien da más? Que conste que no es un musical y que yo, junto con aproximadamente otras 30 personas, hice cola en las cancellations por una entrada el día que terminaban las representaciones en el National.
Hablando de Londres, y si es su destino turístico, les propongo que miren la programación de espectáculos en Regent’s Park y en el Globe Theatre; si la cabeza no les da para más al menos habrán estado en dos marcos incomparables. En el primero para ver dos Shakespeares -lo siento pero es recurrente-; el clásico musical inglés The Boyfriend de Sandy Wilson y la adaptación teatral de Babe, el cerdito valiente. En el segundo, tres Shakespeares, pero también una obra dedicada al inolvidable Long John Silver, el de La isla del tesoro, antes de que perdiera su pierna, y otra de Howard Brenton, In Extremis. Las dos últimas para los que no les baste el marco y quieran un poquito de riesgo. Tampoco se olviden de mirar la programación del Barbican; así, por encima, me encuentro un Woyzeck con música de Nick Cave montado por una compañía islandesa. También miren en el National con una Gaviota de Chejov en versión del actualmente aclamado Martin Crimp o La vida de Galileo de Brecht, esta vez en versión de David Hare.
Sin salir de Reino Unido, cuando Londres empieza a flojear, diríjase a Edimburgo, tendrá el festival. Donde además de otro Shakespeare, este dirigido por Peter Stein (que también monta Mazeppa de Tchaikovsky para el mismo festival), y otro Chejov dirigido por Luppa, puede encontrarse dos espectáculos que no son en inglés. Calixto Bieito monta en español Plataforma basada en la penúltima novela del polémico Houellebecq. Y, procedente de Lituania, llega The New Riga Theatre que seguro la crítica querrá convertir en la gran sorpresa del festival. Parece que esto se va animando.
Siento que estando tan cerca, vamos, en la misma ciudad, no les pueda informar sobre el fringe. Me echarán en cara que no haga el esfuerzo de fisgonear entre los 1868 espectáculos para los que se puede comprar entrada desde la web. Mi consejo es que paseen, disfruten de lo que se vayan encontrando en la calle y escuchen el boca a boca o lean los periódicos locales a diario. Sabe Dios dónde acabarán.
Si usted prefiere más diversidad lingüística, y escapar del dominio del inglés, puede empezar en Aviñón. Y si no, vean que bienvenue nos da la página web. Del 6 al 27 de julio podrán disfrutar del trabajo del francés “exyugoslavo” Josef Nadj, artista invitado del festival. Su homenaje a Michaux promete en términos de modernidad. Lean, lean estos pequeños extractos interesados que hago del programa del festival: “[...] he would take six modern dancers from Japan, four of them having been trained in the art of Buto. Twenty-four actors, dancers and musicians, [...] Costumes, masks and dummies play a part in the enigmatic effects of transformation, which make them move. [...] Bodies melt into each other, change shape, roll-up, lay-down, rise or fall, revealing strange and interior worlds, an abundance, saturation of material, effects of mass, density and which focus one’s gaze. [...] A journey into the world of bodies and matter. [...]” Y así, con la impresión producida en el programador, se consigue que le reserven el escenario principal. Releo lo que he escrito y suena irónico, pero ¿no les parece haber visto esto ya? Estoy seguro que el exotismo de un “exyugoslavo” que trabaja en Nueva Orleans, recientemente destruida por el huracán, debe pesar (y que conste que no pongo en duda la calidad técnica y artística de Josef).
La buena noticia, y si mi lectura del programa no me engaña, es que usted podrá escapar de Shakespeare para acabar en los brazos de Peter Brook o en los de Copi, presente con tres obras, incluida su Eva Perón. También hay un espacio para el circo. Dos espectáculos de Bartabas y uno de Huysman, y si siguen buscando seguro que me encuentran más curiosidades (el Paso Doble de Nadj y Barceló no vale, que aparecen en primera plana).
Salzburgo, fiel al área de influencia en que se desarrolla, programa con valentía un Handke. Eso sí, le encarga el montaje a una joven promesa. ¡Quién se va a atrever a representar a un defensor de Milosevic! Añadan el Anfitrión de Kleist, el Jedermann (obra sobre la muerte de un hombre rico) de Hofmannsthal y si pueden acudan a La despensa de la felicidad de Kluge, Houellebecq, Roberto Benigni, Eddy Izzard y muchos otros que investigarán sobre los fundamentos de lo cómico. Yo ya me estoy riendo (no es que sea escéptico, pero la de tonterías que se van a decir). Tampoco se libra de un Shakespeare (¡quién fuera su heredero con derechos de autor!).
Y ya, por último, el Grec barcelonés, que tira la casa por la ventana apoyando al equipo local. Así podemos ver La felicidad de Javier Daulte y la Metamorfosis que éste ha preparado junto con La Fura dels Baus; los Shakespeares de Pasqual con Eduard Fernández, Marisa Paredes y Anna Lizarán; el Peter Gynt montado por Bieito –otro que también repite- y el Arbush de Zarzoso montado por Àlex Rigola (a quien la fama precede). Sin olvidar a los cracks internacionales como Cheek by Jowl que acuden dirigidos por Donelan con The Changeling, o los Viejos tiempos de Pinter -que parecía desaparecido de la cartelera tras haber recibido el Nobel.
No me hago cargo de los resultados de esta selección. Les advierto que mis recomendaciones pueden ser perjudiciales para su estabilidad mental. Puede que le dé por pensar (no todas, esto es como la ruleta rusa, pero como tenga la mala suerte…). Y ya sabe que si su familia, amistades, compañeros del trabajo y, por último pero no el último, su jefe, lo notan, me refiero a lo de pensar, puede perder ese discreto encanto de los cabezas huecas. De todas formas, si tienen esa suerte, avísenme, a lo mejor pillo el espectáculo que lo ha conseguido en gira y me voy a verlos. Total, yo ya estoy perdido, quiero decir, he perdido mi encanto. Pero me niego a no ser un público decente que según Max Goldt es aquel que “pays for their tickets, does not make a murmur during the performance, applauds and then goes home with a nice glow inside”.
Pues eso, que tengan unas buenas vacaciones
Nueva York Shakespeare in the Park History Boys
Edimburgo Festival Internacional de Edimburgo El fringe
Salzburgo Salzburger Festspiele 2006
Barcelona Festival Grec